“El Precio” no es acreditable.
“Aquí no regalan nada// todo tiene un alto precio// peldaño
que vas subiendo// peldaño que hay que pagar”.
-Julio Iglesias de las Cuevas, Balada-
-Julio Iglesias de las Cuevas, Balada-
La vida humana tiene un precio. En sal o en lágrimas, todos los bichos
‘sapiens’ tienen que pagarlo. Desde un librito que encontré hace tiempo en
Vicente Noble y que conservo (“El limosnero de Nínive”, que era la capital de
imperio Asirio), pasando por Aristarco (el Einstein de Alejandría), Epicuro,
Sócrates, Schopenhauer, El Libro, Séneca, Montaigne, Voltaire, Neruda, R.W.
Emerson, la Vieja Empera, mi obispo Arnaiz, etc. Todos lo han dicho y lo sé, por
lo vivido: “El precio”. El poeta Enriquillo Sánchez (el jamás olvidado
“Quillito” de la lluvia y los hipocampos) y don Ramón-Font Bernard, me lo
dijeron por separado: “A los Presidentes no se les contradice”; “A los
Presidentes sólo se les habla de la buena marcha de sus gobiernos y de los
chismes de sus ministros de los contrarios”. Vi a vuelo de pájaro una sentencia
de Epicuro, el filósofo de la Ataraxia: “El hombre fuera más feliz si acumula
para sus necesidades y controla su ambición. Aunque el precio es “over”; en
todo, me limito a la política
2.- Leonel, el líder
El presidente del PLD, Leonel Fernández, es más que león: es un lince. Ha iniciado la animación y reestructuración de “los frentes de masas” (profesionales, obreros, campesinos, estudiantes, industriales, etc; que ahora les llaman, también, “sectores eternos”), que son capas sociales que ningún partido versión PLD, PRD, PRSC, puede ganar sin ellos (no quiero que vayan con un chisme porque no tengo nada contra Leonel, si tengo que criticar, lo hago). En eso soy incurable desde chiquito y así lo dije a Font y a Enriquillo. Que desde pequeño, digo lo que creo que es la verdad. Si hubiese estado en la rueda de prensa de Cineás, le hubiera dicho: que “miente” acerca de los plásticos. Y por eso lo digo esto. En los últimos meses he escrito 4 artículos del PLD en que dije con el VIII Congreso Botello tiene que “realinearlo” (si puede): mística, disciplina, la ética boschista, humanismo y que el PLD abandonó los “los frentes de masas” (de ninguna manera puedo pensar que Leonel no lo supiera; o no lo haya pensado primero. Conozco su perspicacia; no lo estoy corrigiendo).
El presidente del PLD, Leonel Fernández, es más que león: es un lince. Ha iniciado la animación y reestructuración de “los frentes de masas” (profesionales, obreros, campesinos, estudiantes, industriales, etc; que ahora les llaman, también, “sectores eternos”), que son capas sociales que ningún partido versión PLD, PRD, PRSC, puede ganar sin ellos (no quiero que vayan con un chisme porque no tengo nada contra Leonel, si tengo que criticar, lo hago). En eso soy incurable desde chiquito y así lo dije a Font y a Enriquillo. Que desde pequeño, digo lo que creo que es la verdad. Si hubiese estado en la rueda de prensa de Cineás, le hubiera dicho: que “miente” acerca de los plásticos. Y por eso lo digo esto. En los últimos meses he escrito 4 artículos del PLD en que dije con el VIII Congreso Botello tiene que “realinearlo” (si puede): mística, disciplina, la ética boschista, humanismo y que el PLD abandonó los “los frentes de masas” (de ninguna manera puedo pensar que Leonel no lo supiera; o no lo haya pensado primero. Conozco su perspicacia; no lo estoy corrigiendo).
3.- Cada día: ¡más Dios!
El que quiera ser ateo está en su derecho, aunque no sepa lo que siente, entienda el mundo. Es más: leo cantidades de teorías y tesis que dicen que los hombres de ciencia, el mundo Light y la sociedad del espectáculo se alejan de Dios. Lo malo para ellos, como decía Marcuse, es que lo sustituyen por ídolos falsos y creencias totalmente alocadas a la luz de la sensatez. Por ejemplo, mi obispo Arnaiz, S.J., escribe de San Ignacio de Loyola, sus discípulos y sus “ejercicios’, con inmensa alegría para mi: porque me reafirma. Lo que guía al bicho humano ni es la predestinación ni el destinismo. Ignacio lo reafirmó: es el “libre albedrío”, que nos lleva a la libertad total. No es que uno tenga que pensar como todos los miembros del partido, del club, de la “sociedacivil”, los científicos; ni siquiera como “mi caudillo”, don Juan Bosch, que también habló de ello, porque el hombre no tiene “señor”, “jefes”. ¡Jamás he visto en el hombre al dueño de mi destino, no tengo ‘jefes’! Los presidentes, el superior, no son “deidades”. ¡Imagínense que Bush, Saddam y Sharon sean mis dioses! Y por eso, desde pequeño, digo lo que creo, mi libre albedrío; criterio. Puedo orar por ellos o ellos: patrones, amigos, hermanos, políticos, compañeros, superiores; por mí y por los míos, pero a quien hay que orarle por todos ellos, como decía mi padre, es a Jesucristo, porque haciéndolo así, les pido por todos y por los pobres. Por eso he pagado “El precio”. Y lo seguiré pagando. ¡Y soy feliz con sus nubarrones! Presidente Fernández: coincidimos con lo de los frentes de masas, con el mismo rango de raciocinio, de divinidad, mundalidad, libre albedrío, libertad y dignidad. ¡Bendice, Señor, al Dr. Fernández y a mi obispo Arnaiz, SJ.! Los que odian a Leonel, pues que lo hagan conmigo también, si es que no saben perdonar. Yo no le paro, mi camino está despejado.
El que quiera ser ateo está en su derecho, aunque no sepa lo que siente, entienda el mundo. Es más: leo cantidades de teorías y tesis que dicen que los hombres de ciencia, el mundo Light y la sociedad del espectáculo se alejan de Dios. Lo malo para ellos, como decía Marcuse, es que lo sustituyen por ídolos falsos y creencias totalmente alocadas a la luz de la sensatez. Por ejemplo, mi obispo Arnaiz, S.J., escribe de San Ignacio de Loyola, sus discípulos y sus “ejercicios’, con inmensa alegría para mi: porque me reafirma. Lo que guía al bicho humano ni es la predestinación ni el destinismo. Ignacio lo reafirmó: es el “libre albedrío”, que nos lleva a la libertad total. No es que uno tenga que pensar como todos los miembros del partido, del club, de la “sociedacivil”, los científicos; ni siquiera como “mi caudillo”, don Juan Bosch, que también habló de ello, porque el hombre no tiene “señor”, “jefes”. ¡Jamás he visto en el hombre al dueño de mi destino, no tengo ‘jefes’! Los presidentes, el superior, no son “deidades”. ¡Imagínense que Bush, Saddam y Sharon sean mis dioses! Y por eso, desde pequeño, digo lo que creo, mi libre albedrío; criterio. Puedo orar por ellos o ellos: patrones, amigos, hermanos, políticos, compañeros, superiores; por mí y por los míos, pero a quien hay que orarle por todos ellos, como decía mi padre, es a Jesucristo, porque haciéndolo así, les pido por todos y por los pobres. Por eso he pagado “El precio”. Y lo seguiré pagando. ¡Y soy feliz con sus nubarrones! Presidente Fernández: coincidimos con lo de los frentes de masas, con el mismo rango de raciocinio, de divinidad, mundalidad, libre albedrío, libertad y dignidad. ¡Bendice, Señor, al Dr. Fernández y a mi obispo Arnaiz, SJ.! Los que odian a Leonel, pues que lo hagan conmigo también, si es que no saben perdonar. Yo no le paro, mi camino está despejado.
P.D: Gracias por Suárez y Nobili, mi Obispo Arnaiz,Sj.
