Nadie duda de que tenga razón el Secretario General del partido de la Liberación Dominicana cuando le comentó a los medios de comunicación que hay dirigentes de su partido apostando a la derrota de la reelección de Danilo Medina.
Tampoco sería extraño que uno o más de uno, ciego de envidia o de odios trabajen secretamente para que eso pudiera suceder.
Claro que ese o esos estarían negando al maestro Juan Bosch y demostrando una pobre inteligencia que los dejaría defi nitivamente desnudo ante el país y ante la historia.
La más sagrada misión de un partido y sus dirigentes es lograr el poder, y logrado el mismo mantenerlo porque es desde el poder que se pueden implementar las políticas y hacer realidad las promesas que postula y compromete la agrupación política.
Danilo Medina ha hecho un gobierno ejemplar en áreas vitales para el presente y futuro de los dominicanos, y su decisión de ir por un nuevo mandato es el compromiso que tiene con los menos favorecidos por la suerte de cambiarles la vida a ellos y a los suyos.
No creo que nadie medianamente cuerdo pueda objetar la posibilidad de que esto suceda, y menos a lo interno del partido que fundó Bosch para hacer realidad lo que soñó el padre de la patria Juan Pablo Duarte, algo que siempre nos recuerda Euclides Gutiérrez Félix, fundador del PLD, y hoy por hoy para nosotros la mente políticamente mejor amueblada de ese partido.
Danilo Medina es realmente una necesidad porque lo que pudiera venir ya ha gobernado y no precisamente para benefi cio del país todo.
Danilo es continuidad del progreso y nadie en su sano juicio puede conspirar contra eso.
Justo es aspirar, justo es disentir, lo que no es justo es hacerlo en contra del país más pobre, desde el partido que está haciendo lo que nunca se había hecho por el pobre y sufrido pueblo dominicano con Danilo Medina como Presidente.