Por:
Nélsido Herasme
Hace algunos días, Cuba logró convertirse en el
primer país del mundo en recibir la validación de la Organización Mundial de la
Salud (OMS) por haber eliminado la transmisión del
virus del sida (VIH) y de la sífilis de madre a hijo.
El ministro de Salud Pública de Cuba, Roberto Morales Ojeda, dijo que la hazaña en la materia ha sido posible por nuestro sistema social y por la voluntad política desde el más alto nivel del estado cubano. Esto es insólito y al mismo tiempo plausible para un país con escasos recursos.
Hay que destacar que ello se debe al sistema de salud establecido tras el triunfo de la revolución cubana hace más de medio siglo, el cual los latinos sabemos que es accesible, regionalizado e integral.
Debemos destacar que a pesar de las criticas, que en un principio
recibieron las autoridades sanitarias cubanas con los infectados de SIDA en Cuba, entre 1986 y octubre del
2012 se diagnosticaron en Cuba 17.224 personas con el virus, el 80% de los
cuales siguen aún con vida gracias a la atención que reciben del sistema de
Salud Pública.
La larga vida de los seropositivos se explica porque todos tienen
acceso a tratamiento médico gratuito, incluyendo el antirretroviral.
La mayoría de los medicamentos que lo componen son fabricados
por la industria farmacéutica cubana de forma genérica a un muy bajo costos.
Durante los primeros años, Cuba creó clínicas cerradas donde a
los portadores de VIH/SIDA se les daba una pequeña casa para vivir, la
alimentación y la atención médica necesaria pero se les impedía salir del
recinto. Este plan preventivo fue blanco de las críticas de sectores
enemigos de Cuba y de su revolución, pero al final le dio resultado positivo,
porque el país caribeño logro tener un mayor nivel de control de la infección.
En la actualidad el grueso de los seropositivos son atendidos de
forma ambulatoria, es decir que viven en sus casas, reciben el tratamiento
antirretroviral en la farmacia del barrio y acuden a la clínica especializada
solo para los controles rutinarios.
Sin embargo, se mantiene la línea de investigación cada vez que
se detecta un nuevo caso, tratando de averiguar quién se lo trasmitió y a
cuantas personas más pudo haber contagiado, haciéndoles pruebas obligatorias a
todos los involucrados.
En Cuba, todos los seropositivos tienen acceso al tratamiento
médico gratuito.
Otro de los factores claves para la reducción de portadores de
VIH es el control prenatal. Cada año se hacen más de 240 mil pruebas a mujeres
embarazadas, en el primer trimestre del embarazo y en el tercero para detectar
también a las que se infectan después.
Ahora se ha creado un sistema para que las mujeres portadora del
SIDA puedan parir sin transmitírselo a sus hijos.