Virgilio Gautreaux P.
Nota enviada al fogon barahonero
El 16 de Mayo del 2015 en curso, se cumplen 85 años del fraude electoral dirigido por Trujillo en el plano militar y por Rafael Estrella Ureña en el plano político. El primero Jefe del Ejército y el segundo como Presidente de la República, encabezaron una tenebrosa maquinaria represiva, cuyas acciones fueron apoyadas por un grupo de jóvenes intelectuales contrarios a Horacio Vásquez.
1-Antecedentes: Golpe de Estado contra Horacio Vásquez
Trujillo-Jefe del Ejército Nacional en coordinación con políticos opositores a Vásquez y al Vicepresidente José Dolores Alfonseca, estructura una maquinaria golpista que él controlaría en plano militar, mientras que la parte civil la encabezaría Rafael Estrella Ureña. Un buen número de generales del interior del país respaldan el golpe iniciado el 23 de Febrero de 1930, forzando a la renuncia de los máximos ejecutivos de la nación. El lunes 3 de Marzo de 1930, Rafael Estrella Ureña la es proclamado como Presidente de la República por la Asamblea Nacional. Una de sus misiones más relevantes es el montaje de las elecciones de Mayo de dicho año.
2-Situación luego derrocamiento de Vásquez
Ya en el poder los golpistas aceitaron su maquinaria represiva, siendo el ejército nacional la parte más activa de las agresiones que en todo el país efectuaban comandos y pandillas cívico-militares. Delincuentes comunes salían de ciertas cárceles a realizar tropelías y actuar como sicarios. Esta campaña de hostigamiento arreció luego que el 27 de Marzo de 1930 el partido Nacional liderado por Horacio Vásquez y el partido Progresista dirigido por Federico Velásquez, formaran la alianza Nacional-Progresista, para cerrarle el paso a Trujillo y sus secuaces.
2-Represión abierta en plena campaña:
En Moca conforme a una crónica del Listín Diario de fecha 15 de Abril de 1930, se destaca que oradores que participaron en una concentración de la Alianza Nacional-Progresista fueron apresados y golpeados por el Teniente Ludovino Fernández. Los más golpeados fueron el periodista Armando Almánzar y el Sr José Rodríguez. El Sr Almánzar al ser cuestionado por el militar sobre sus pronunciamientos políticos y éste expresar sus convicciones, fue golpeado por el oficial y atacado a culatazos por los guardias presentes mientras lo introducían en una celda.
Los militares hacían disparos de forma frecuente para amedrentar las manifestaciones contrarias a Trujillo. En las comunidades rurales de Moca cometían muchos abusos. Contra estos desmanes protestó enérgicamente un hijo del Diputado mocano, Cipriano Bencosme.
Ante los atropellos generalizados en todo el país, alguien le enrostró a Estrella Ureña pasadas expresiones suyas en el parque de Santiago de los Caballeros donde afirmaba: “Pueblo, pueblo mío, tendréis elecciones libres porque el Gobierno tendrá que dictar leyes que garanticen este derecho, y si no, la punta ensangrentada de mi espada arrasará gobierno y leyes”.
En Neyba se realizaban importantes concentraciones y recorridos por las comunidades vecinas, por parte de la Alianza Nacional-Progresista, las cuales fueron atacadas por las huestes de Trujillo.
El Diputado Luis F. Mejía en una carta pública de fecha 18 de Marzo de 1930 aparecida en el Listín Diario dirigida al Presidente Estrella Ureña, le informa que sus seguidores gobiernistas en Pimentel asaltaron el Ayuntamiento de dicha Común,“adueñándose del fondo comunal e impidiendo-manu militari-que actuaran los Regidores electos por el pueblo cuyos mandatos no han expirado aún y quienes no han renunciado a sus cargos”. En su condición de Presidente que juró respetar la Constitución y estar llamado a velar por las instituciones, Mejía le expresa: “en mi calidad de Diputado por la Provincia Duarte, os comunico esta patente violación a la Ley sustantiva y os pido en cumplimiento de vuestros deberes constitucionales, que ordeneis la desaparición de la expresada situación de fuerza que impera en dicha localidad”.
Violando la Ley 1274 del 10 de Abril de 1930, que acuartelaba el Ejército y le impedía participar en política, sus miembros eran vistos recorrer la nación vestidos de civil como activistas trujillistas y fuerza de choque contra las concentraciones opositoras. De todo el país llegaban telegramas a la Junta Central Electoral denunciando las violaciones de los militares a esta disposición, razón por la cual el organismo electoral le dirige el 14 de Abril de 1930 una comunicación al Presidente de la República, con testimonios de la presencia de los uniformados en actividades políticas anexándole a dicha carta telegramas “por los cuales podrá enterarse de que el Ejército Nacional no está reconcentrado en los cuarteles de las cabeceras de provincias, tal como lo manda la disposición No. 14 de la Ley No 1274”. Esta correspondencia apareció en primera página del Listín Diario.
Descubiertas las reales intenciones del dúo Trujillo-Estrella Ureña donde uno dirigía abiertamente la campaña represiva y los asesinatos, mientras el otro los justificaba, se produce-en protesta-una cadena de renuncias del tren gubernativo, donde dimiten Martín de Moya (Secretario de Interior y Policía), Antonio E. Alfau (Procurador General de la República), Manuel A. Peña Batlle (Presidente Comisión Delimitadora de Frontera), F. A. Vicini (Jefe del Departamento de Comercio). Asimismo, en todo el país salen funcionarios del área de correos, radiotelecomunicación, gobernación y justicia, entre otras. También se producen renuncias en las oficinas diplomáticas dominicanas en Washington, París y Puerto Príncipe. El Dr Ángel Soler no acepta la Secretaría de Hacienda, mientras en Barahona, Jaime Mota hijo renuncia a la candidatura a Diputado por las huestes trujillistas.
El 8 de Abril de 1930 reseña del Listín Diario destaca que una importante caravana aliancista recorrió las ciudades de Azua y San Juan de la Maguana y que al retornar fueron desarmados dirigentes de la convergencia y dos legisladores. Las armas fueron devueltas posteriormente, pero la campaña de hostigamiento se recrudecía.
Estrella Ureña en estos comicios jugó un fino juego político. En el papel parecía ser un estadista liberal, sin aparente preferencias partidarias. Fue un gran simulador maquiavélico. El 15 de Abril de 1930 en comunicación al Secretario de Justicia-Cayetano Armando Rodríguez-le instruía no perseguir periodistas, escritores y políticos que le atacaran. Sin embargo, al día siguiente al recibir una comunicación del Presidente de la Junta Central Electoral sobre denuncias de atropellos de la guardia contra la ALIANZA NACIONAL PROGRESISTA en todo el país, manifestaba que “tan pronto los militares se retiraban a sus cuarteles, surgían bandas armadas”, razón por la cual los efectivos debían seguir con sus “actividades de prevención”. Es decir debían continuar con los registros, golpizas, apresamientos y hasta asesinato de opositores.
El Presidente Estrella Ureña-sin duda alguna-era de los beneficiarios de estas agresiones. Recordemos que él era candidato a la vicepresidencia en la boleta trujillista. A pesar de sus reiteradas expresiones de respeto a la democracia, nada hizo para contener a sus partidarios en su campaña de abusos y crímenes. A medida que se acercaba la fecha de los comicios, mayor era la represión. Las denuncias aumentaban, especialmente en aquellas poblaciones donde la coalición golpista consideraba que estaba en desventaja.
En una acción típica del terrorismo militar implantado, a mediados de Abril de 1930 fueron ametrallados varios integrantes del gremio de choferes, entidad que se oponía a los trujillistas. Los agredidos marchaban a visitar los deudos de un compañero fallecido. Gracias a la habilidad de los dos conductores al volante, sólo resultaron heridos algunos. Los autos fueron perseguidos tenazmente por otros vehículos donde hábiles tiradores-presumiblemente militares-disparaban a mansalva. Este horrendo atentado fue reseñado por el Listín Diario.
El Dr Luis F. Mejía en su libro De Lilís a Trujillo describe que un Domingo en la tarde en momentos que se celebraba un mitin Aliancista “mientras peroraban los oradores, evolucionaban, por encima de nuestras cabezas, aviones del ejército con el fin de intimidarnos”. Esta obra constituye una buena referencia para conocer estos y otros sucesos de la época.
3-Represión en Barahona
Al inicio de la asonada del 23 de febrero, los conjurados barahoneros ocuparon militarmente el local de la Gobernación y las dependencias públicas consideradas estratégicas. El 26 de Febrero un grupo de civiles armados ocupó el Palacio Municipal. Los funcionarios edilicios fueron presionados para que renunciaran. El Síndico fue obligado compulsivamente a entregar las llaves del Ayuntamiento.
Los maltratos contra los barahoneros opositores a la candidatura oficial Trujillo-Estrella Ureña aumentaban. Una información publicada en el Listín Diario el 7 de abril de 1930, que llevaba como título describía que la provincia era víctima de todos los atropellos.
El grupo Trujillo-Estrella Ureña para conseguir adeptos en Barahona distribuía revólveres, otorgaban permisos de juegos ilegales por doquier, a la vez que autorizan juegos diarios en las galleras. En el poblado de Cabral y comunidades vecinas patrullas militares circulaban con listas para inscribir de forma obligatoria personas en las filas trujillistas. Dos cabos del ejército ingresaron bayonetas en mano a la Sala del Ayuntamiento cabraleño con una renuncia hecha por ellos mismos exigiéndoles a los Regidores que la firmaran.
Al citar esta cadena de abusos el Listín Diario le advierte al Presidente Estrella Ureña que “la gente del Sur no es la más guapa, pero sí siempre ha obtenido medallas en los campos de batalla y no está dispuesta a seguir aguantando atropellos”. Más adelante el firmante de la nota señala: “La Provincia de Barahona es un baluarte histórico, y sus habitantes están dispuestos a morir de una manera o de otra, siempre que se siga actuando como por lo presente se hace”.
El Listín Diario en una información fechada el 4 de Abril de 1930 destaca que a pesar de las órdenes enérgicas del Presidente Estrella Ureña, la violencia continúa en Barahona. Señala que un grupo de ciudadanos de dicha localidad le comunicaron al Presidente una serie de atropellos y registros abusivos, realizados por efectivos militares contra dirigentes de la Alianza, destacando la responsabilidad del Mayor E. N. Leoncio Blanco en estas acciones. Señalaban que al parecer las órdenes del Poder Ejecutivo no se aplicaban en la provincia de Barahona. La protesta está suscrita por distinguidos munícipes, dirigentes políticos así como por ex funcionarios del área educativa y judicial, depuestos por los golpistas.
En un telegrama de fecha 13 de Abril suscrito por Raúl G. González dirigido al Presidente de la Junta Central Electoral, éste le detalla una serie de registros abusivos, detenciones y amenazas veladas contra los opositores a la candidatura trujillista. González termina su texto: “….con asombro nuestro, sigue el Ejército practicando sus diligencias políticas en esta provincia. Protesto ante esa honorable Junta de lo ocurrido, en nombre de los partidos que componen la Alianza Nacional Progresista y del mío propio”.
A pesar de todas estas agresiones contra los barahoneros, aumentaban los adeptos contra los golpistas de Trujillo y Estrella Ureña, razón por la cual el alto mando decidió radicalizar sus acciones y provocaciones. El 7 de Abril luego de una concentración exitosa, los miembros de la Alianza deciden recorrer algunas calles de la ciudad y son atacados a tiros por esbirros trujillistas, dejando un saldo de un muerto y numerosos heridos.
4-Bandas cívico-militares trujillistas arrecian ataques
Faltando menos de un mes para las elecciones, arreciaron en todo el país las agresiones militares y actos vandálicos de las bandas armadas de civiles. En Santiago, Moca, Barahona, la capital y otras demarcaciones, se producían todo tipo de barbaridades y abusos contra los partidarios de Horacio Vásquez y Federico Velásquez. Las manifestaciones aliancistas eran tiroteadas a plena luz del día. Efectivos militares vestidos de civil mantenían en zozobra la población. Armados y envalentonados, nada parecía detener sus provocaciones y tropelías. Las protestas llovían por doquier y eran dirigidas tanto al Presidente Estrella Ureña, como al Presidente de la Junta Central Electoral.
Frank Moya Pons al referirse a la violencia en esta campaña, cita que el propio candidato a la Vicepresidencia Aliancista-Ángel Morales-y su comitiva fueron tiroteados a la salida de Santiago de los Caballeros. (Ver Manual de Historia Dominicana-1992, pag. 509).
Debido a la escalada represiva y ante la pasividad del Poder Ejecutivo, renuncia el pleno de la Junta Central Electoral la cual estaba presidida por el Lic. Domingo Estrada, figurando además los señores Abigail Del Monte y Alcibíades Roca, como Vocales. En su lugar-mediante Decreto 1292 del 6 de Mayo de 1930-son designados el Lic Roberto Despradel como Presidente, acompañado del Dr Arístides Fiallo Cabral y H. H. López-Penha, como Vocales. De esta forma, pasa el control del organismo comicial a testaferros gobiernistas. Así, a partir del 8 de Mayo del citado año, mediante “Decretos” promulgado s por la Junta, gran parte de los funcionarios designados en las mesas electorales en todo el país, son cuadros activos de la candidatura Trujillo-Estrella Ureña.
Es preciso consignar que el Sr Roberto Despradel figuraba como candidato a la senaduría de Puerto Plata por la trujillista coalición Patriótica de Ciudadanos, conforme a una publicación de dicha entidad en el Listín Diario. Ante todos estos acontecimientos, la ALIANZA NACIONAL PROGRESISTA se retiró de la contienda electoral el 15 de Mayo de 1930, un día antes de los comicios. Con esta fuerte ofensiva cívico-militar, se impusieron las huestes trujillistas.
Conforme a los datos electorales contenidos en la Gaceta Oficial No 4257 de fecha 13 de Junio de 1930, la “victoria” fue aplastante. Sin duda alguna, la campaña de terror, asesinatos y golpizas, cumplió su objetivo. Según las estadísticas publicadas (muchas manipuladas) en La Vega los 15,186 votos emitidos en esa provincia fueron a favor del binomio Trujillo-Estrella Ureña. La alianza no tuvo un solo voto vegano. A pesar de que se había producido el retiro de la Alianza Nacional-Progresista, mucha gente votó en su favor, aunque gran parte de éstos se computaron a favor de Trujillo. En la capital y Santiago los Aliancistas apenas alcanzaron 50 y 19 votos, respectivamente, mientras que en Neyba y Enriquillo obtuvieron 77 y 71 en ese mismo orden.
En el caso de Barahona-bastión Aliancista-no fue fácil manipular los datos, razón por la cual tuvieron que computarse 406 votos de favor de esta coalición. Esta fue la mayor votación computada a favor del anti-trujillismo en todo el país. En la provincia de Barahona obtuvieron los Aliancistas cerca del 50% de la totalidad de votos que alcanzaron en todo el país.
Colofón
Trujillo se impuso en esta contienda electoral a base de su arremetida militar, bandas armadas de civiles y un “pucht” a la Junta Central Electoral. En esta jornada fue acompañado de un conjunto de figuras liberales e intelectuales democráticos que lo consideraban un “puente provisional”, para desplazar el continuismo horacista. En pocos meses de instalado Trujillo vino el desengaño de muchos, los cuales comenzaron a ser vigilados, perseguidos, encarcelados y asesinados (Desiderio Arias, Junio de 1931). Otros tuvieron que ir al exilio. El propio Vicepresidente Estrella Ureña debió marchar hacia Cuba. Juancito Rodríguez, otrora candidato congresional favorito de Trujillo en las elecciones de 1930 y 1934, debió salir compulsivamente al exterior y fue uno de sus mayores enemigos, financiando dos expediciones contra el déspota. Su hijo-el patriota José Horacio Rodríguez-falleció en la expedición de Junio de 1959. Era comandante de uno de los desembarcos.
Caricatura de B. Gimbernard alusiva a la “liberalidad” trujiilista en campaña
y el apriete después de alcanzado el triunfo.
En el caso de Barahona, muchos de los trujillistas pasaron a la lista de sus enemigos y fueron perseguidos, debiendo marcharse fuera del país, como fue el caso de Buenaventura Sánchez Féliz, quien salió acompañado de su padre el Senador Jaime Sánchez y de su hermano el Diputado Jaime Sánchez hijo. En el caso del Mayor EN, Leoncio Blanco que contribuyó bastante con la causa electoral trujillista, en pocos años sufrió un atentado ordenado por el tirano y finalmente fue apresado con falsas acusaciones y asesinado.
Paradójicamente muchos Aliancistas barahoneros que enfrentaron con firmeza a Trujillo en las elecciones de 1930, se convirtieron en fieles y devotos cuadros del trujillismo, el cual profesaron para toda la vida, a pesar de la decapitación del sátrapa.