Chan Piu tiene 58 años y duerme sobre una pila de periódicos en el suelo. En su casa de Hong Kong no hay espacio para una cama.
Una foto de su difunto padre cuelga en la pared, mirando por encima de él en silencio.
Es
una existencia estrecha, aún más estrecha ante el hecho de que otras
siete familias comparten la misma cocina, baño y la pequeña sala de
estar.
Pero al salir de la habitación de Chan al pasillo, lo que se ve es una impresionante vista de la ciudad, en toda su extensión.
Es una panorámica desde la terraza, pero sólo está disponible para los pobres.
Chan
y sus vecinos están entre los miles de habitantes de azoteas en barrios
marginales de Hong Kong, empujados a la parte superior de los edificios
viejos porque no pueden costear los departamentos debajo de ellos.
Viven
en chozas hechas de láminas de metal barato y madera, y su interior
tiene varias divisiones para alojar a varias personas o familias.
Durante el verano el calor es sofocante. Y en invierno el frío, crudo.
Los habitantes de la azotea
Según algunas estimaciones, Hong Kong es el mercado inmobiliario más caro del mundo.
Los
precios residenciales se han más que duplicado desde 2009 y a pesar de
una serie de medidas de enfriamiento, algunos expertos creen que los
precios podrían continuar subiendo aún más.
En barrio obrero de
Hong Kong de Sham Shui Po, en el distrito de Kowloon, los edificios
aparecen uno al lado del otro sin mucho espacio.
Muchos de los que
pasan por la calle no saben que en los techos sobre ellos miles de
personas viven en condiciones deplorables y, muchas veces, peligrosas.
A varias cuadras de distancia, metida en
otro edificio antiguo, se encuentra una organización sin fines de lucro
que ayuda a los pobres y desfavorecidos a encontrar un techo apropiado
sobre –y no debajo- de sus cabezas.
Natalie Yau ha estado trabajando en Society for Community Organization durante más de dos años y dice que el gobierno no está haciendo lo suficiente para ayudar a personas como Chan.
"Hong
Kong es realmente una ciudad próspera, pero no tiene una buena política
de vivienda. La gente vive en malas condiciones dado el fracaso de la
política de vivienda".
"Ahora el gobierno proveerá viviendas
sociales para familias de bajos recursos, pero la cantidad es cada vez
más pequeña y existe una enorme fila de solicitantes en lista de
espera".
Vista desde Peak
En un día de niebla fría, me
dirijo hasta el famoso barrio Peak de Hong Kong, donde se puede
disfrutar de una de las vistas más espectaculares de la ciudad.
Es
bastante impresionante mirar hacia abajo. Pero detrás de las fachadas
de acero brillante y de los bloques de hormigón se encuentra una
realidad mucho más sombría.
La pobreza es un problema grave en la ciudad. Y ese problema ha empeorado por la falta de vivienda asequible.
No
es raro ver a hombres y mujeres de avanzada edad escarbar en
desbordados basureros, empujar carritos cargados de viejas cajas de
cartón para su reciclaje, o incluso vender frutas y verduras hasta altas
horas de la madrugada sentados en el borde de la carretera. Una gran
parte de sus ingresos se destinan a pagar alquiler.
El estilo de vida es muy diferente en Peak, donde los precios de la propiedad son los más altos de todo el territorio.
Normalmente
las casas en este barrio valen entre US$30 millones y US$125 millones,
pero incluso los departamentos de esta apetecida parte de la ciudad se
transan por varios millones.
Simon Smith, jefe de investigación
para Asia Pacífico de la firma inmobiliaria Savills, enumera una serie
de factores que han impulsado la inflación de precios de activos de Hong
Kong.
"El dólar de Hong Kong está vinculado al dólar
estadounidense, por lo que efectivamente las tasas de interés se fijan
en EE.UU. por la Reserva Federal. Como sabemos, las tasas de interés se
mantienen extremadamente bajas actualmente y eso significa que el dinero
es barato en Hong Kong por lo que es muy fácil conseguir una hipoteca",
dice.
"La expansión cuantitativa es
otro de los factores, no sólo de EE.UU., sino de Japón y China y que
siempre parece terminar, de algún a forma, en las costas de Hong Kong".
"Si
nos fijamos en los fundamentos del mercado local, se ha producido una
notable falta de nueva oferta de unidades residenciales en los últimos
años".
"La administración anterior no logró proveer nuevas tierras
al mercado, algo que la actual administración está tratando de
resolver. Pero no es una llave que lance un chorro al instante".
La esperanza de una vivienda
De vuelta en Sham Shui Po, Chan
se pasea de un lado al otro del pasillo, esperando usar el baño. El
mismo espacio también sirve como ducha comunal.
Él no entiende
realmente sobre política monetaria o cómo funciona. Todo lo que sabe es
que ha estado esperando mucho tiempo para poder llamar a un lugar su
casa propia.
"He estado esperando dos años para conseguir una
vivienda social", me dice. "Pero todo lo que el gobierno hace es hablar y
decir que no hay suficiente tierra".
Es poco probable que logre
conseguir una pronto. El tiempo medio de espera de una familia para
conseguir su primera opción de vivienda es de cuatro años.
No es el único problema de Chan.
Si no consigue un trabajo estable, tendrá que cambiarse a un espacio aún más pequeño. Y esta vez, no incluirá vista panorámica.
FUENTE:BBCMUNDO