¿Y qué pasa si Grecia abandona el euro?
Publicado por el Fogon Barahonero Jueves 24 Mayo 2012
"Fogon Barahonero Lider y Pionero en las Actualizaciones en las Comunicaciones Digitales"
"Fogon Barahonero Lider y Pionero en las Actualizaciones en las Comunicaciones Digitales"
La especulación de una posible salida de Grecia cobra fuerza
con el paso de las semanas.
Este jueves los líderes de la Unión Europea finalizaron una jornada de
charlas informales y aseguraron que quieren que Grecia permanezca en la
eurozona.
Sin embargo, no surgió ningún plan concreto para evitar su salida. Y los
mandatarios dijeron que se necesita que el país continúe con una serie de
"vitales reformas".
Grecia no ha sido capaz de conformar gobierno y las nuevas elecciones del 17
de junio podrían dar el poder a partidos que rechazan los recortes acordados con
otros gobiernos de la eurozona y el Fondo Monetario Internacional.
Si no se implementan esos recortes, el gobierno griego no recibirá más
préstamos de rescate y no tendrá dinero para pagar sus deudas. Lo más probable
es que los bancos griegos colapsarían y el Banco Central Europeo se vería
obligado a despojar al país de su participación en la moneda común.
¿Qué significaría todo esto para los griegos y el resto de
Europa?
Default de la deuda griega
Sin posibilidades de pedir prestado a nadie (ni siquiera a otros gobiernos
europeos), el gobierno griego se queda sin euros. Debe pagar las prestaciones de
la seguridad social y los salarios de los funcionarios públicos en títulos de
deuda (si resuelve pagarlos en absoluto), hasta que entre en circulación una
nueva dracma. El gobierno suspende el pago de todas sus deudas, que incluyen
240.000 millones de euros en préstamos que ha recibido del FMI y la UE. Los
bancos griegos –grandes prestamistas del gobierno– colapsan.
Mientras, el Banco Central de Grecia no puede pagar los 100.000 millones de
euros (o más) que ha pedido prestados al Banco Central Europeo para insuflar
oxígeno en los bancos comerciales griegos. En realidad, para cuando Grecia
abandone la eurozona, el BCG probablemente deberá más al BCE, ya que habrá
pedido más préstamos en un último intento de evitar el colapso de los
bancos.
Crisis griega
Los bancos griegos enfrentan el colapso. Los ahorros de los griegos quedan
congelados. Muchas empresas se declaran en bancarrota. El costo de las
importaciones –que en Gracia incluyen buena parte de los alimentos que se
consumen y los medicamentos– se duplican, triplican o cuadriplican, a medida que
se deprecia la nueva dracma. Con sus bancos colapsados, los griegos no tienen a
quién pedir prestado, lo que vuelve imposible –al menos por algún tiempo– la
importación de bienes. Una de las principales industrias griegas, el turismo, se
ve afectada por los desajustes políticos y sociales.
A largo plazo, la economía griega tendría que beneficiarse de un tipo de
cambio tan competitivo. Pero sus problemas de fondo –entre ellos el gasto
crónico e hiperinflado del gobierno– podrían no desaparecer.
Corridas bancarias
Los griegos de a pie hacen colas para vaciar sus cuentas, antes de que sus
ahorros queden atrapados o sean convertidos a dracmas, perdiendo la mitad o más
de su valor. Los ahorristas en otros países que también podrían dejar la
eurozona –España, Italia– también sacan su dinero del banco y lo ponen a
resguardo en alguna cuenta en Alemania, desatando una verdadera crisis bancaria
en el sur de Europa.
La confianza en otros bancos que también han prestado mucho dinero a los
países mediterráneos –como los franceses– también podría decaer. La crisis
bancaria podría extenderse a todo el mundo como en 2008. El BCE podría tener que
desembolsar billones de euros en rescates a la banca. Algunos gobiernos podrían
no tener suficiente para respaldar a sus bancos con el capital necesario para
absorber las pérdidas y restaurar la confianza, de forma que estos
quebrarían.
Quiebra de empresas
Las empresas griegas enfrentan un desastre legal y financiero. Algunos
contratos que se rigen por la ley griega serán convertidos a dracmas, mientras
otros que se rigen por normativas internacionales permanecen en euros. Muchas
disputas podrían acabar frente a los tribunales para determinar si se tenía que
hacer o no la conversión.
Las empresas griegas que aún deban grandes montos a prestamistas extranjeros,
pero cuyos ingresos sean en las devaluadas dracmas, no podrán hacer frente a sus
deudas.
Muchas empresas serán declaradas insolventes –ya que sus deudas serán mucho
más altas que el valor sumado de todo los que poseen– y acabarán declarándose en
bancarrota. Los prestamistas extranjeros y los socios de las compañías griegas
enfrentarán grandes pérdidas.
Crisis de la deuda soberana
La deuda soberana es el dinero que el gobierno pide prestado a sus propios
ciudadanos o a inversores privados de otras partes del mundo. Si Grecia deja la
eurozona, sienta un precedente de que puede suceder algo así con otros países, y
los capitalistas temerán prestar su dinero a otros países en dificultades en el
bloque.
Esto podría dejar en situación comprometida a España e Italia, que perderían
liquidez y se verían obligados a pedir rescates. Estos dos gigantescos países,
juntos, representan el 28% de la economía de la eurozona, y el fondo de rescates
de la UE actualmente no cuenta con dineros suficientes para solventar a ambos.
Incluso el gobierno de Francia podría verse en problemas si tuviera que rescatar
a su gigantesco sector bancario.
Perturbación de los mercados
Los atribulados inversores y prestamistas empiezan a vender sus inversiones
más riesgosas y a trasladar su dinero a sitios seguros. Los mercados colapsan.
Quienes todavía puedan pedir préstamos lo harán a tasas mucho más altas.
Mientras tanto, las inversiones más seguras como el dólar, el yen, el franco
suizo, el oro o incluso la libra podrían subir, al tiempo que los gobiernos de
EE.UU., Japón, Alemania e incluso el Reino Unido se verían beneficiados por
tasas más baratas. Y no son todas malas noticias –podría suceder que el precio
del petróleo bajase de forma precipitada.
Inestabilidad política
Mientras los gobiernos de la eurozona y el BCE enfrentan enormes pérdidas por
los préstamos que dieron a Grecia y que jamás cobrarán, la opinión pública en
Alemania podría volverse en contra de proporcionar los rescates aún mayores que
necesitarían España o Italia. El papel del BCE, que en los últimos meses ha
otorgado pequeños rescates en silencio y por lo bajo a estos dos países, sería
puesto bajo escrutinio y se convertiría en una bomba política.
Sin embargo, la amenaza de una crisis generalizada podría impulsar a Europa o
al menos a los gobiernos de la eurozona a acordar una solución integral –ya sea
la disolución de la moneda común, o una mayor integración quizás a través de una
presidencia europea democráticamente electa, que estuviera a cargo de la
aprobación de una nueva ronda de rescates, garantías gubernamentales e
inversiones en infraestructura para estimular el crecimiento.
Recesión
Los bancos europeos, debilitados por la crisis, se verían forzados a recortar
sus préstamos. Los negocios, temerosos por el futuro del euro, recortarán sus
inversiones. Frente a la cantidad de malas noticias en la prensa, la gente
recortará sus propios gastos. Todo sumado, la eurozona se hundiría aún más en
una recesión.
El euro perdería valor en los mercados de divisas, dando cierto alivio a la
eurozona, ya que volvería sus exportaciones más competitivas en los mercados
internacionales. Pero la contrapartida de esta ventaja es que el resto del mundo
–EE.UU., el Reino Unido, Japón– se volverá menos competitivo, lo que socavará
sus propias economías, ya debilitadas. Incluso China, cuya economía ya
desacelera de forma marcada, podría acabar sumida en recesión.
Fuente: BBC Mundo Economia