El PRD y los fraudes en las
elecciones
Miercoles 23 de Mayo de 2012"Fogon Barahonero Lider y Pionero en las Actualizaciones en las Comunicaciones Digitales"
EL FRAUDE.- El Revolucionario Dominicano es el único partido en el
mundo al que nunca se le ganan unas elecciones. Siempre le hacen trampa. El de
ahora no fue el Fraude Colosal de los tiempos de Joaquín Balaguer y José
Francisco Peña Gómez, pero sí el Fraude Perfecto: Siete de diez encuestas dieron
por adelantado ganador a Danilo Medina, y de igual manera dos o tres hechas a
boca o pie de urna el mismo día de las elecciones, incluyendo la del Conep, y
por si hiciera falta, el conteo rápido de Participación Ciudadana, entidad que
trajo con esos fines al inventor del método. El resultado de la Junta Central
Electoral es el oficial y da al candidato del PLD como presidente electo, con la
validación de los observadores nacionales e internacionales, quienes no vieron
nada que alterara ese producto. La OEA, por su lado, y siguiendo a dicho
organismo, los gobiernos cercanos y amigos van reconociendo al paso de las horas
y los días a las nuevas autoridades. ¿Qué falta, qué queda? Nada que no sea el
hecho cumplido. El 20 de mayo es agua pasada, y no hay forma de que la devuelva
el molino…
EL CENTRO.- El PRD anunció y presentó en sociedad su moderno centro de
cómputos, alabando su eficiencia al extremo de que dijo que era capaz de
detectar fraudes. La sociedad en su conjunto reconoció ese logro, y se alegró de
que ese fantasma, el del fraude, desapareciera de la vida electoral del país.
Los perredeìstas por igual celebraron la ocasión y consideraron entonces que al
candidato Hipólito Mejía tenían que haberlo convencido de esa maravilla para que
consintiera en esa inversión, que – según los enterados – fue cuantiosa.
Es más, se llegó hablar de ese centro de cómputos como el Arma Secreta. La
que podía destruir a Cartago. Sin embargo, a la hora de escribir estas notas no
se conoce su utilidad. Se informa de un cotejo de actas que nadie sabe porque es
tan lento, si se había dicho que procesaría más rápido que la Junta Central
Electoral. El PRD debió haber tenido el resultado la misma noche del domingo, y
sin embargo, cuando habló a través de uno de sus voceros, fue para dar cuenta de
un boca de urna del Centro Económico del Cibao…
LOS NÚMEROS.- El boca de urna del Centro Económico del Cibao dio 52.1
a Hipólito Mejìa y 45.1 a Danilo Medina, con una muestra de 8079, con informes a
las 11:30 a.m., 2:30 p.m. y 5:30 p.m. Incluso, estos porcentajes fueron
alterados al ofrecerse al público por uno de los voceros de prensa del candidato
y la Junta Central Electoral se vio obligada a proceder contra una de las
televisoras que cubría el evento. Ese conocimiento adelantado fue, al parecer,
lo que disparó a Enmanuel Esquea Guerrero, quien demandó del organismo que
empezara con sus boletines antes de la hora prevista. Así se hizo, pero al ir
por lana salió trasquilado, pues los números de la JCE eran diferentes a los que
tenía en mente el representante del partido blanco. Con razón su enojo y desazón
con el presidente Roberto Rosario. Había afilado cuchilla para la garganta de
Mejía, y después de esa emisión, que colocaba a Medina al frente, nada volvió a
ser como antes. Los televidentes vieron a un Esquea Guerrero errático, confuso,
pues negaba propiedad a los boletines, pero no los confrontaba con sus propios
números…
LOS BOLETINES.- Cuentan que cuando Esquea Guerrero urgió a la Junta
Central Electoral el inicio de sus boletines, el acopio de actas andaba por el 3
y algo por ciento. Que los miembros se consultaron entre sí y que Eddy Olivares,
el perredeísta, fue de opinión que se esperara el diez por ciento, y que el
presidente Rosario decidió al computarse el ocho y algo por ciento. Lo mejor de
todo es que ese parte contaba con la firma de Olivares, que es el miembro de la
resistencia, de la disidencia y de los votos razonados.
No había nada que objetar y dejó que la pelota corriera. Bien. Bien para él,
para la JCE y para el proceso. Aunque el organismo se había blindado contra toda
posibilidad desestabilizadora. Olivares firmó, insisto, pero en caso de que se
hubiera negado, su suplente, Henry Mejía, estaba uniformado con saco y corbata
para entrar en juego y evitar un tranque. Entre los responsables del proceso no
hubo discordia, ni inconformidad, excepto que Olivares se resintió por la
presencia de unos comunicadores a los que se la tiene jurada por su amistad con
el presidente Rosario y que fueron en la ocasión testigos incómodos. Se sentía
vigilado…