Publicado por el Fogon Barahonero Viernes 25 Mayo 2012
"Fogon Barahonero Lider y Pionero en las Actualizaciones en las Comunicaciones Digitales"
EL CULPABLE.- Los perredeístas, y no es nada nuevo, confunden las
nociones, equivocan la lucha y pierden la perspectiva. Ahora salieron a buscar
entre ellos al culpable de la derrota del pasado domingo; y de lo que más hablan
es de expulsarse unos a otros, creyendo que con eso resuelven el problema de
haber fallado en las últimas cinco elecciones.
La verdad que no, que no hay un verdadero culpable. ¿Cómo acusar al partido o
a su dirección del fracaso si aumentó su votación en todo el país y recuperó
demarcaciones que en consultas anteriores había perdido? El mapa político era de
un solo color, morado, y como confirmación de la regla aparecía como excepción
un punto colorado. Ahora los cuartos se dividen en diecisiete morados y quince
blancos. La ausencia de Miguel Vargas en la campaña ni se sintió, pues si
hubiera hecho labor de zapa, los registros fueran menores. Además, que hablen
con los peledeístas, que se quedaron esperando unos caudales que nunca llegaron.
Si adelantaron fondos, hay que decir que les hicieron cubo…
UNA U OTRA.- No puede decirse que la culpa de la derrota fue Miguel
Vargas y al mismo tiempo hablar de irregularidades, inequidades,
arbitrariedades, parcialidades, etc. cometidas por órganos ajenos al presidente
del PRD. El candidato Hipólito Mejía en su alocución del pasado martes habló de
violaciones, y entre ellas “el uso abusivo e indecente de los recursos del
Estado… la abstención inducida mediante la compra masiva de cédulas, compra de
voluntades y la intimidación de la población… el control… de los medios de
comunicación… la intromisión descarada del Presidente de la República… las
decisiones del Tribunal Superior Electoral… el papel parcializado del presidente
de la Junta Central Electoral…”. Más claro, ni el agua. Si esas fueron las
razones ¿dónde, cómo y por qué Miguel Vargas? Lo lógico y natural era que citara
o denunciara entre los factores que ocasionaron su revés electoral, la coalición
malvada de sectores internos del partido con instancias de poder. Sin embargo,
nada de eso figura en su rendición de cuentas…
LO OBVIO.- Es más, en otra parte de su discurso señala que “a pesar de
que competimos en condiciones muy desfavorables, el Partido Revolucionario
Dominicano y sus aliados recibieron una alta votación que nos llena de orgullo.
Ese hecho reafirma al Partido Revolucionario Dominicano como la principal fuerza
política del país”. Insisto: ¿Dónde, cómo y por qué Miguel Vargas? Ahora falta
que los perredeístas sean tontos, y por demás útiles, y se dediquen a buscar un
culpable que el propio candidato encontró por sus medios fuera de la
organización. El problema no es de culpable, y mucho menos de Vargas. Incluso,
puede asegurarse que los actuales escarceos o confrontaciones iban a producirse
de todos modos. Que si Hipólito Mejía y el PRD hubieran ganado las elecciones,
igual iba a perseguirse al presidente del partido y a sus más cercanos
colaboradores, ya no como cabezas de turco, pero sí como elementos de
provocación u obstrucción a los designios que imponen las nuevas circunstancias.
Lo que se ve claro no necesita espejuelos: Hipólito Mejía no quiere irse para su
casa…
EL BAJADERO.- El compañero o asesor que convenció a Hipólito Mejía de
que le correspondía por derecho propio el liderazgo de la oposición, fue genial
y oportuno. Le buscó un bajadero a una situación que se le hacía inmanejable y
que pudo haber provocado una desgracia, pues los más violentos de los suyos las
tenían claras y decididas: si no hay champagne, que haya sangre. Al final, ni
uno ni otra. Aunque lo del martes hay que entenderlo bien, y en contexto. Dio un
respiro, produjo una salida, pero que nadie se pierda en lo claro. Fue un
pronunciamiento, y hay que recordar que del dicho al hecho hay un trecho, y que
en las actuales condiciones del PRD podría ser lo más parecido a un abismo.
Los liderazgos no se compran ni se venden en botica, y aunque le hayan hecho
creer que ese “rol de líder de la oposición” es algo que se genera dentro del
PRD, la verdad es que no. Si fuera así, los procesos no existieran, o no fueran
dinámicos o dialécticos. Fueran mecánicos y solo respondieran a la voluntad de
los interesados…