De Hipólito a López Obrador
Publicado por el Fogon Barahonero Lunes 4 de Junio del 2012
"Fogon Barahonero Lider y Pionero en las Actualizaciones en las Comunicaciones Digitales"
LA CUESTIÓN.- A menos de dos semanas del PLD haber demostrado en las
elecciones que “la unión hace la fuerza”, y la fuerza gana, el PRD regresa a los
viejos caminos. Se lía en una de sus conocidas confrontaciones y bordea de nuevo
la división. Los perredeístas se engañan o se dejan engañar.Creen que están
creando condiciones para que Hipólito Mejía juegue extra inning. Sin embargo,
ese tiempo de más beneficiaría a dirigentes que hace mucho debieron ocupar la
obligada mecedora del retiro. Si hubieran preguntado en la reunión de la
“comisión política” de la semana pasada quiénes aspiraban a la presidencia del
partido, muchas manos se hubieran levantado. Pues entre los congregados se
mencionaban nombres. Esto es, que el problema llamado Miguel Vargas no es de
ausencias ni de traiciones, sino de posicionamiento. Y ni siquiera de liderazgo.
La presidencia del partido abre todas las posibilidades. La candidatura del
2016, pero también la interlocución con el gobierno. Cuando Danilo Medina llame
¿Quién responderá?...
MORAL.- En Santiago fueron más lejos, pues declararon a Hipólito
Mejía “presidente moral”, a la manera de Andrés Manuel López Obrador cuando
perdió del actual mandatario Felipe Calderón. Segundas partes nunca fueron
buenas. Los perredeístas de la ciudad corazón, y por si se contagian, los de la
capital, deben investigar lo sucedido en Méjico hace seis años, pues podrían
estar contraviniendo a su propio líder y provocando el efecto bumerang que tanto
teme. La renuencia del candidato del PRD de allá en reconocer la victoria de su
oponente del PAN, lo convirtió, por caprichoso, en un paria del sistema. Es
ahora, y porque el aspirante oficial, antes que subir, baja, que recupera
espacio y las encuestas ya lo registran en segundo lugar. Distante -hay que
decir- del sorprendente candidato del PRI, pero sí constituyéndose en el otro
polo. De manera que no puede jugarse con la suerte, o considerar definitivo lo
que es coyuntural. Los dos millones y pico de votos fue un alto average, pero
cada temporada es diferente, y los números de una no garantizan el éxito
adelantado de la otra..
EL PREMIO.- José Francisco Peña Gómez fue el presidente moral de las
elecciones de l994, y ni siquiera puede decirse que fuera un premio de
consolación. Como se dice del tercer premio, nadie supo donde fue a caer, pues
dos años después el PLD era gobierno. Y lo fue porque supo hacer los cálculos y
las reparaciones de lugar. Un vehículo, el que sea, después de un largo viaje
debe someterse a revisión. Hipólito Mejía compareció ante los perredeístas de
Santiago, pero se olvidó de su nueva condición de ex candidato y habló como si
todavía estuviera en campaña. Como si fuera candidato. Su confrontación sigue
siendo con el presidente Leonel Fernández, pero no por las políticas que aplica,
sino por su propósito de destruir al PRD, del mismo modo que ña su juicio- lo
hizo con el PRSC. Helo ahí. El autoproclamado líder de oposición en un escenario
equivocado. Quiere pelear, o va a pelear, con el gobernante saliente. Pero lo
que es peor. Lo hace a la defensiva, cuando se supone que la oposición, para
poder cumplir su papel, debe estar siempre a la ofensiva. La tarea inmediata es
sobrevivir...
EL RIESGO.- Cuando se juega a la política, y se hace a la manera de
los niños, con tierra y un palito, se corre el riesgo de que la política juegue
con uno. La estrategia de campaña de Hipólito Mejía fue corriendo, como el
estudiante de la película que, urgido de tiempo, no se desayuna, sino que toma
una manzana para írsela comiendo camino a la escuela. La estrategia de
oposición, al parecer, va a ser igual. Sin pararse a pensar un momento. La
reunión de la semana pasada fue un cadalso para cortar cabezas que eran
impropias o molestosas, no un seminario de análisis, de corrección, y en
consecuencia, de nuevas tácticas. Denuncia al mandatario como causante de la
destrucción del PRD, creyendo que puede embobar a los perredeístas y
convencerlos de que apoyen su causa. Claro, está pensando en el Tribunal
Superior Electoral y el Tribunal Constitucional, órganos a los cuales podría
llegar un aspecto del problema. El de la legalidad. El presidente estará
advertido, pero si no, esa decisión contraria a sus intereses sería parte del
esfuerzo por destruir la organización. Como si todos, el partido y el país, se
hubieran graduados de tontos...