Publicado por el Fogon Barahonero Lunes 4 de Junio del 2012
"Fogon Barahonero Lider y Pionero en las Actualizaciones en las Comunicaciones Digitales"
Los "supervolcanes" pueden tardar tan solo unos pocos cientos
de años en formarse y entrar en erupción.
Se piensa se forman hasta 200.000 años antes de que liberen sus vastas
reservas subterráneas de roca fundida.
Pero las investigaciones de un grupo publicadas en la web científica Plos
One, que tomó muestras de roca en el sitio de un supervolcán en Long
Valley, California, sugieren que la piscina de magma debajo de la montaña
estalló tan sólo unos pocos cientos de años después de su formación.
Se estima que la erupción ocurrió hace unos 760.000 años y que sus cenizas
hayan cubierto la mitad de América del Norte.
Estas grandes erupciones pueden liberar miles de kilómetros cúbicos de
escombros y ser cientos de veces más grande que cualquier erupción vista en la
historia de la humanidad.
"Los vulcanólogos se refieren a la historia de erupciones de los volcanes
mayores como "formadoras de calderas", ya que el magma que despiden es tanto que
dejan una masiva depresión en la superficie de la Tierra y una especie de cráter
conocido como "caldera", según el corresponsal científico de la BBC, Neil
Bowdler.
Erupciones de esta escala podrían lanzar cenizas suficientes como para
influir en el clima global durante años.
Una teoría sostiene que la erupción del Lago Toba en Indonesia, ocurrida hace
unos 70.000 años, tuvo efectos a largo plazo que casi acabaron con la raza
humana.
Cuarzo versus circón
En lugar de circón, el equipo de la Universidad de Vanderbilt
usó cristales de cuarzo común.
Lo poco que se sabe acerca de la formación de estos supervolcanes se basa
principalmente en el estudio de los cristales de un material llamado circón, que
contiene pequeñas cantidades de elementos radiactivos, cuya edad se estima
utilizando las mismas técnicas que se usan con objetos arqueológicos y huesos de
dinosaurios.
Estudios del circón han sugerido que el tiempo entre la formación de las
piscinas de magma y las eventuales supererupciones se puede medir en los cientos
de miles de años.
Guilherme Gualda, de la Universidad de Vanderbilt, y sus colegas presentan
evidencias sacadas del depósito de la toba volcánica Obispo en Long Valley, que
sugieren que las piscinas son "efímeras" y duran unos 500 años antes de la
erupción.
Inicialmente, las piscinas de magma son casi toda roca líquida, con unas
pocas burbujas o minerales re-cristalizados.
Con el tiempo, los cristales se desarrollan en un proceso que se detiene en
el punto de la erupción. El tiempo de desarrollo característico de estos
cristales también puede dar un estimado de cuánto tiempo antes de la erupción
existía la piscina de magma.
Sin peligro inminente
Debido a que los procesos y los plazos de la formación de cuarzo en las
condiciones extraordinarias bajo tierra de una piscina de magma son bien
conocidos, el equipo fue capaz de determinar el tiempo de formación de los
cristales dentro del supervolcán de Long Valley, antes de ser expulsados en la
erupción.
Fuente: BBC Mundo ciencia