Por: Ramón Tejeda Read
La semana pasada los medios se hicieron eco de una denuncia según la cual el ministro de Vivienda, Carlos Bonilla había viajado a Albania en gestiones “para la compra de 10 mil viviendas prefabricadas de bajo costo”, como si no hubiera en nuestro país quien las fabrique y en franco desconocimiento de su condición.
El ministro en cuestión primero negó, luego reconoció y finalmente nos quedamos con la sospecha de que el gobierno del presidente Abinader va manga por hombro, cada quien envuelto en su negocio particular.
Ya vimos recientemente una investigación que involucra al Plan Social de la Presidencia en procesos de adquisición de bienes que sólo pueden cumplir cuatro empresas…
En el Banco Agrícola se han repartido entre favoritos del gobierno cientos y cientos de millones de pesos en préstamos sospechosos, como si se tratara de dinero que se recoge en la calle y no de los bolsillos del pueblo dominicano.
En fin, que por dondequiera que se pinche, el “cambio” bota pus, en una debacle institucional que arrastra el barco del país no sabemos hacia dónde, pero no es a buen puerto, cosa que comprenden bien los 47 mil 273 dominicanos capturados tratando de ingresar ilegalmente a EEUU, solo por la frontera suroeste, entre 2022 y 2023.