Miercoles 16 de Mayo de 2012
"Fogon Barahonero Lider y Pionero en las Actualizaciones en las Comunicaciones Digitales"

EL JUEGO.- Los empresarios organizados no quieren ver la política
desde las gradas, sino bajar al terreno y jugar como emergentes. Muchos,
incluso, lo hacen con uniformes, o por lo menos con gorras y camisetas. Lo malo
es que no se someten al entrenamiento previo y, por vía de consecuencia, no
están en condiciones de hacer aportes reales. O a la ofensiva o a la defensiva.
Por ejemplo, el Conep, y de paso Anje, insisten en realizar una encuesta a boca
de urna, a pesar de las reservas expresadas por la Junta Central Electoral. La
razón es simple: quieren mayor transparencia y los resultados del organismo no
serían suficientes. El problema ahora es conocer el propósito. Cuando tengan sus
números y estos no coincidan con los oficiales, ¿qué van a hacer? ¿Tirarse a las
calles, convocar a las masas y encabezar una poblada? ¿Entregar sus porcentajes
a los partidos para que sus militantes se levanten en armas y eviten que se
burle la voluntad popular? Pues de otro modo no se entiende que un sector que se
maneja en base a costo/beneficio invierta su dinero sin ninguna seguridad, o
provecho, o ventaja...
ELLOS.- Los empresarios organizados creen que con la encuesta a boca
de urna harán lo que nunca se hizo o contribuirán a la causa de uno que otro
candidato. Desconocen la naturaleza del proceso y los manejos particulares de
los partidos o de sus campañas. Por ejemplo, el PRD y el PLD no harán una, sino
varias consultas a lo largo del domingo 20, como lo han hecho en anteriores
elecciones. Incluso, en lo inmediato no es saber cuál gana, sino el flujo de
votantes y el desempeño de los equipos responsables de las mesas. Ninguno de los
candidatos puede confiarse a la libre voluntad de los electores, sino que le
conviene ayudarla, y hasta presionarla. Y de ser necesario, comprarla. A más
tardar a las once de la mañana cada bando hace un corte, y sabe si va bien, o
por el contrario, va mal. Si debe acogerse al movimiento natural o debe buscar,
y hasta forzar, a sus votantes. Igual, debe hacer otro tanto a las cuatro de la
tarde, que es cuando se deciden todas las audacias y se promueven todos los
desenfrenos. Así que no hay camarón que se duerma, o que se deje llevar por la
corriente...
LAS ARMAS.- Los perredeístas se preocupan porque perdieron el pleito
de las encuestas, pues las oficialistas les cayeron como pavos y el desánimo de
cuadros importantes se siente, se mide y se pesa. Sin embargo, otros mantienen
la entereza porque confían en un arma secreta, que en un partido como el PRD,
tan lleno de indiscretos, no se conoce el tipo ni el calibre. Hablo de los
perredeístas, que no es lo mismo que los peledeístas. Si los primeros se han
preparado en la ocasión como nunca antes, los segundos han mejorado sus
emplazamientos. Posiblemente ninguno supere al otro en medios ofensivos, pues
cada cual cuenta con instrumentos defensivos en condiciones de evitar cualquier
daño. Cada vez que se levante un scud, habrá un patriot esperándolo, y ambos
chocarán y se desintegrarán en el aire. La idea es que las lesiones sean menores
o salir indemnes de las batallas principales. Incluso, ninguno tiene miedo del
otro, pues conoce en detalles los recursos disponibles y hasta dónde está
dispuesto a llegar el contrario. La pelea será entre verdaderos
gladiadores...
LOS COMPUTOS.- El PRD tiene ahora lo que no tenía: un centro de
cómputos con todas las de la ley y en manos de una empresa técnicamente solvente
y confiable. El PLD, por su parte, tiene ese problema resuelto desde hace
tiempo, y en cada ocasión perfecciona sus equipos o contrata talentos
superiores. De manera que tampoco en esa área puede hablarse de ventaja. Aunque
sí puede dar gabela la experiencia acumulada y la disciplina. Los peledeístas no
se alocan, ni se desesperan, y mucho menos inventan, pues tienen un
procedimiento que hasta ahora ha sido infalible. La proyección. Toman muestras,
dicen que aleatorias, pero pueden suponerse determinadas, y hacen unos cálculos
que en las últimas elecciones no han fallado. Con las redes tampoco habrá
sorpresas. Los perredeístas tienen a Hideki Morrison, que no es japonés ni
norteamericano, pero los peledeístas tienen un genio que no identifican, y
también hablan de refuerzos. Adonde no llega el partido, alcanza el gobierno, y
el hakeo, si no está controlado, por lo menos sí vigilado...